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Leticia Rodriguez

Terapeuta, aromatóloga e instructura de meditación

Grounding: los beneficios de estar con los pies en la tierra

Al quitarnos los zapatos y posar los pies sobre la superficie sentimos habitualmente una sensación de bienestar y placer, notamos que nos enfocamos más y estamos más presentes, que tomamos contacto directo con la naturaleza; eso es lo que percibimos a simple vista, que no es poco. Pero los beneficios de caminar descalzo son mucho más, tantos que no podrían casi ni imaginarse. En este post hablamos de la importancia de tener los pies en la tierra. Pero no de manera figurada o simbólica, sino literal.

¿Qué es el grounding o earthing y por qué es importante?

Como en nuestro idioma está de moda la adopción de términos en inglés tal vez te hayas preguntado alguna vez qué es el earthing o en qué consiste el grounding, Realmente no tiene ningún misterio: en español se llama hacer una toma de tierra, conectar con la tierra o aterrizar. Es decir, caminar descalzo sobre la arena o la hierba para sentir su contacto con los pies desnudos.

El grounding es importante porque mejora nuestra salud física, psicológica y emocional en cientos de aspectos. Entre otros, regula el sistema nervioso, aumenta la calidad del sueño, eleva el estado de ánimo, mejora nuestro sistema inmune y ayuda a minimizar los efectos de las enfermedades cardiovasculares y los procesos inflamatorios, incluso contribuyendo a sanar estos males. Es además una terapia muy efectiva ante sensaciones de ansiedad, miedo, depresión, estrés, cansancio y dolor, así como útil frente a síntomas como el vértigo, las palpitaciones cardíacas o las cefaleas.

Beneficios del grounding en la salud física, emocional y mental

Descalzarse supone grandes beneficios no sólo al caminar, sino al realizar otras prácticas fabulosas como el yoga o la meditación, ayudándonos a estar presentes y a conectar con la tierra; y no sólo de manera figurada, sino en todos los sentidos y de múltiples maneras.

Ya hemos visto las grandes ventajas de estar con los pies en la tierra. Ahora solo falta que nos acostumbremos a realizar un gesto muy sencillo tantas veces como podamos: ¡descalzarse!

¿Por qué las suelas aislantes y el asfalto impiden la descarga de energía?

La superficie de la tierra no sólo está cargada eléctricamente, sino que es conductora. Nuestro cuerpo también es capaz de conducir esa electricidad, pero se bloquea en gran medida cuando caminamos con los pies cubiertos (y más a causa de los calzados con suelas aislantes) o pisamos superficies como el asfalto o la madera, con lo que nos cargamos de energía electrostática.

Sin embargo, al caminar descalzos descargamos esa energía electrostática acumulada, absorbiendo los electrones cargados negativamente (lo que no tiene nada de malo, pues todos los virus y patógenos contienen una carga positiva), llenándonos de la energía de la tierra y alcalinizando nuestro organismo, lo que aumenta nuestra capacidad antioxidante para neutralizar los radicales libres.

¿Cómo el contacto directo con la tierra regula el sistema nervioso?

El grounding o contacto directo con la tierra tiene un impacto significativo en la regulación del sistema nervioso. Al caminar descalzo sobre superficies naturales, nuestro organismo libera la energía electrostática acumulada y comienza a equilibrar su carga eléctrica. Este proceso ayuda a que el sistema nervioso funcione de forma más armónica, reduciendo la hiperactividad de la respuesta de lucha o huida. Al reestablecer una comunicación fluida con la Tierra, el cuerpo se sintoniza con ritmos más naturales, lo que se traduce en una mayor estabilidad emocional y una sensación profunda de calma interior.

Mejoras en el sueño, el estado de ánimo y la calidad de vida

El grounding no solo influye en el sistema nervioso, sino que también favorece la producción de melatonina, una hormona fundamental para regular el ciclo del sueño. Al entrar en contacto con la Tierra, nuestro cuerpo percibe señales que ayudan a equilibrar los ritmos circadianos, facilitando un descanso más profundo y reparador. Como resultado, despertamos con mayor vitalidad, mejor estado de ánimo y mayor claridad mental. Con el tiempo, esta práctica constante se traduce en una calidad de vida más elevada, marcada por menos irritabilidad, más alegría y un mayor disfrute de cada momento.

Efectos positivos en el sistema inmunitario y el control de la inflamación

La conexión con el suelo natural puede actuar como un potente antioxidante, neutralizando radicales libres y reduciendo los procesos inflamatorios en el organismo. Esta interacción con la energía negativa de la Tierra apoya el sistema inmunitario, fortaleciéndolo de manera gradual. Al mantener el cuerpo en un estado alcalino y equilibrado, disminuye la inflamación crónica, lo que puede contribuir a mejorar condiciones de salud asociadas al dolor, las enfermedades autoinmunes o el malestar generalizado.

Alivio del estrés, la ansiedad y el miedo a través del grounding

Las sensaciones táctiles y la atención plena al caminar descalzo permiten dirigir la concentración al momento presente. Esto ayuda a reducir el exceso de pensamientos negativos, la sensación de agobio y los temores irracionales. Con el grounding, el estrés y la ansiedad tienden a disiparse, dejando espacio a la tranquilidad y la serenidad. Esta práctica se convierte en una herramienta eficaz para recuperar el equilibrio emocional y enfrentar los desafíos cotidianos con mayor resiliencia, confianza y una sensación genuina de seguridad interior.

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